../img/c04pp.jpg MM_openBrWindow('c04pf.xml','foto','resizable = yes,scrollbars=yes,width=755,height=450')ampliación foto ++Los organizadores Desde que, a finales de mayo de 1862, se tomó la decisión de agregar una expedición científica a la escuadra que se enviaba a tierras americanas, dos personajes sobresalen en irSubapartado,4,cntnt/xml/c03.xmlc03.xmlla organización de la Comisión Científica del Pacífico: el ministro de Fomento http://www.xtec.es/~jrovira6/bio/aguilar.htmAntonio Aguilar y Correa (1824-1908), marqués de la Vega de Armijo, y el director del Museo de Ciencias Naturales Mariano de la Paz Graells (1809-1898). Fue el empeño personal que puso ese ministro la causa de que lo que era una iniciativa política principalmente, se convirtiese también en un hecho científico. Como reconociera irSubapartado,6,cntnt/xml/c05-4.xmlc05-4.xmlJiménez de la Espada, en su artículo Algunos datos nuevos o curiosos acerca de la fauna del alto Amazonas. Mamíferos, publicado en 1870, el marqués de la Vega de Armijo fue el iniciador de la idea, llevada también por él a efecto en breves días, de mandar con nuestra Escuadra del Pacífico una expedición de naturalistas destinada a recoger y observar las producciones espontáneas del continente americano. Secundado por un eficaz Director General de Instrucción Pública, Pedro Sabau, el ministro organizó un comité asesor de ocho miembros cuyas funciones fueron múltiples: examinar el proyecto del viaje científico, elaborar las instrucciones que tenían que recibir los exploradores, preparar el equipamiento de los comisionados y seleccionar al personal. Entre el 27 de mayo, fecha de su primera reunión, y el 9 de julio de 1862, día en que el ministro aprobó el Reglamento de la Comisión de Profesores de Ciencias Naturales agregada a la Expedición marítima al Pacífico, llevó a cabo sus tareas ese comité asesor en el que además de Pedro Sabau había varios científicos, como irSubapartado,5,cntnt/xml/c04.xmlc04.xmlMariano de la Paz Graells. Graells había adquirido fama como naturalista cuando descubrió en 1848, en los pinares de la sierra de Gredos, la bellísima mariposa Graellsia isabellae que dedicó a la reina Isabel II. Dirigió el Museo de Ciencias Naturales de Madrid entre 1851 y 1867, y en esos años se vinculó activamente al programa de trabajo de la ciencia de la aclimatación que impulsó la Société Zoologique d’Acclimatation http://mapage.noos.fr/hubert.demory/acclimatation.htm(+), creada en París en 1854 por el notable zoólogo francés Isidore Geoffroy Saint-Hilaire (1805-1861). Esa sociedad, de la que Graells fue elegido en 1855 uno de sus tres primeros delegados en el extranjero, impulsó un vasto programa de investigación para trasladar muestras de naturalezas exóticas a los laboratorios europeos para dominarlas y domesticarlas mediante el conocimiento. Sus integrantes representaron de esta manera el maridaje que se produjo, a mediados del siglo XIX, entre las ciencias naturales y la nueva expansión colonial protagonizada por una activa burguesía conquistadora europea. En el marco de ese programa de trabajo, Graells logró establecer un parque de domesticación y aclimatación de animales útiles al hombre en el http://www.rjb.csic.es/Jardín Botánico de Madrid. Asimismo intervino para que la Comisión Científica del Pacífico se pusiese al servicio de la ciencia de la aclimatación que tenía empeño en desarrollar, como consta en las instrucciones que se dieron a los viajeros naturalistas, bastante improvisadas, pues según su redactor -que probablemente fue el mismo Graells- fueron escritas del modo como las ideas se han ido agolpando a la memoria. Así, uno de los objetivos del botánico de la expedición debía ser aprovechar cuantas ocasiones se presenten para remitir a España las semillas, así como tubérculos, bulbos y raíces de plantas vivas, y éstas convenientemente dispuestas para que lleguen en buen estado y puedan someterse a los oportunos ensayos para lograr un cultivo entre nosotros, entendiéndose que ha de darse preferencia a las plantas útiles, sin desechar las de adorno, ni las de interés puramente científico. Y en las instrucciones dadas a los zoólogos, más detalladas, se insistía en que la expedición hará cuanto pueda para recoger no sólo animales para disecar, sino también de las especies útiles para el hombre y cuya aclimatación sea interesante en Europa; individuos vivos de ambos sexos que remitidos a España puedan acrecer el jardín zoológico y servir un día de nuevos recursos para la vida del hombre", añadiendo ese redactor anónimo una observación práctica: "que los individuos jóvenes son más a propósito para domesticarse y someterse al enjaulamiento, y que los adultos rechazan la prisión con más vehemencia, y la tristeza que les induce la pérdida de la libertad concluye por quitarles la vida. Graells fue también, en cierta medida, el responsable de que se incorporase un dibujante-fotógrafo al seno de la Comisión Científica del Pacífico ya que fue uno de los naturalistas de su época más sensibles al papel que podía desempeñar la fotografía para registrar la realidad y facilitar los avances en el conocimiento científico. No ha de sorprender por tanto que fuese uno de los participantes en el primer experimento daguerrotípico que tuvo lugar en Madrid el 18 de noviembre de 1839 y que -algo más de treinta años después- insistiese en incorporar una cámara al grupo de irSubapartado,6,cntnt/xml/c05.xmlc05.xmlexpedicionarios que querían alcanzar la gloria científica en tierras de Ultramar. Para saber más: José Luis Viejo Montesinos, Biografía de un naturalista y biología del lepidóptero por él descrito: Graells y la Graellsia, Quercus, 1992, nº 74, pp. 22-29